03 noviembre 2017
Romanos 8:3-4
Pues lo que era imposible que la ley hiciese, estando debilitada por la carne, Dios lo hizo mandando a su hijo en semejanza de hombre para ser un sacrificio. A fin de que la justificación de la ley tuviese su cumplimiento en nosotros, que no vivimos conforme a la carne, sino conforme al espíritu.
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